lunes, 21 de enero de 2013

Brevísima historia moderna de España

(A la luz de lo destapado el 18 de enero de 2013 por el periódico El Mundo, a Dios gracias)

Ejercicio de reinterpretación de la realidad política española, pasada y presente, así como previsión de lo que pasará en el futuro cercano:

El Partido Popular ha tejido durante 20 años una red de enriquecimiento (algunos lo llaman de financiación) en la que algunos empresarios pagaban comisiones en dinero negro por la adjudicación de contratos públicos.

Por ello, en España no se ha invertido en ciencia, en los últimos 20 años, tanto como se ha hecho en el ladrillo: porque no se ganaba dinero, no porque fuéramos peores. Por eso se han hecho tantas leyes de liberalización de suelo. Por eso hubo dinero negro en cientos de ayuntamientos y comunidades. Por eso todos los casos de corrupción empiezan con el ladrillo y tienen que ver con el ladrillo.

Como todo ese dinero se manejaba en negro, los personajes que han rodeado al Partido Popular han terminado siendo personajes cuyas habilidades nada tenían que ver con el servicio al bien común.

Como consecuencia de todo este dinero negro circulante, el Partido Popular tiene a su alrededor a mucha gente (desde banqueros a empresarios, así como a gente dentro de su partido) que sabe lo que no quiere que se sepa. Por este motivo se ha defendido como honradas a personas que a todas luces no lo eran. Por ese motivo se ha juzgado y expulsado de la judicatura a un juez que ha querido llegar muy lejos investigando esta trama. Por este motivo las leyes van contra los débiles ya que no pueden inculparlos. Por eso los bancos, las constructoras, pueden decir "no hagas eso, que no me conviene" y son escuchados: porque pueden presionar con lo que saben.

Finalmente, como el Partido Popular ha estado más preocupado en unas cosas que en otras, el país ha caído en la ruina mientras ellos se enriquecían: porque no se puede servir a un país mientras se desea con más ardor servirse a uno mismo.

A causa de todo lo anterior, afirmo y casi seguro que no me equivoco por mucho, que en el futuro cercano los españoles no escucharán lo que dice su gobierno. No querrán sacrificarse cuando se lo pida un gobierno corrupto. Y más aún: cuando estos representantes salgan al exterior y hablen ante otros, estos otros pensarán que hablan con ladrones y encima de los malos, ya que han sido descubiertos. Merkel no escuchará nunca más a Rajoy.

A los españoles no nos queda otra que quitarlos de donde están y ¿quién defenderá a los ladrones esta vez?

Una nota final para la reflexión para los amables lectores que hayan querido llegar hasta aquí: ¿qué hubiera pasado si en España, en vez de construir tanto como en Inglaterra, Francia y Alemania, hubiéramos dedicado a la ciencia la misma cantidad de recursos que esos tres países?